A finales de Octubre escribí esta historia en papel y hoy me he atrevido a publicarla.
Capitulo I
Gerardo trabajaba en un banco, se había separado recientemente, como yo, y coincidíamos de vez en cuando en el club de tenis del puerto de Valencia. Llevaba una vida sana y ordenada pero empezó a sentirse mal y decidió acudir a un especialista.
Capitulo I
Gerardo trabajaba en un banco, se había separado recientemente, como yo, y coincidíamos de vez en cuando en el club de tenis del puerto de Valencia. Llevaba una vida sana y ordenada pero empezó a sentirse mal y decidió acudir a un especialista.
Dejó su nuevo Audi en el parking de la Malvarrosa. Era un lunes caluroso de agosto, pero Gerardo percibía vientos glaciales, sería por el aire acondicionado de la Clínica Center, el centro médico más prestigioso de Valencia. En la sala de espera, repasaba una y otra vez las reseñas sobre el cáncer de colon que había estado leyendo en Internet, hemorragias leves, molestias intestinales, deposiciones dolorosas, todo los síntomas coincidían con los suyos, excepto su temperatura que era normal, entonces, se persuadía, no podía ser una enfermedad grave.
La serie de circunloquios y pensamientos repetitivos fueron interrumpidos por la enfermera:
- Don Gerardo, el doctor Valero le espera en su despacho, acompáñeme por favor.
Mirando de soslayo la silueta de la joven enfermera, entro en el despacho y encontró al doctor, con rostro solemne, invitándole a sentarse. Después de un silencio que le pareció eterno, el doctor arrancó de una manera forzada y fue directo y conciso.
- No tengo buenas noticias para usted - Gerardo sintió como se mareaba mientra un pitido agudo penetraba en sus oídos.
- Tiene un cáncer de colon avanzado - el doctor le acerco un vaso de agua, observando la palidez de su rostro.
- El tumor se ha extendido tanto que su esperanza de vida apenas supera los dos meses, la intervención quirúrgica ya no es efectiva, lo siento. Se que es muy duro lo que le estoy diciendo, pero atiendo a su petición de máxima franqueza - el mundo se le cayó encima, la expresión desencajada de Gerardo, retrataba su inmenso dolor.
- Puede pedir una segunda opinión - reanudo su monólogo el doctor - su póliza de seguro se lo permite, y si las conclusiones son las mismas, debemos trazar una hoja de ruta sobre la enfermedad, incluyendo un plan analgésico hasta que sea hospitalizado para recibir cuidados paliativos en los últimos días. Si tiene que abandonar la vida, que sea dignamente, nosotros le ayudaremos.
Gerardo se sentó en el coche tan aturdido que no recordaba como se abrían los cristales de las ventanillas y antes de arrancar el motor, lloró desconsoladamente como un niño solitario en el parking de la Malvarrosa.
Al día siguiente, desde el banco, reservó un billete de avión para Río de Janeiro, hizo una lista de viaje y tachó de su agenda los meses de noviembre y diciembre, no los iba a necesitar.
Hola,
ResponderEliminarEfectivamente, es un tema muy delicado. A mí modo de entender, has adoptado un tono fino para acercarte al asunto del cáncer. Y lo explicas bien. El mundo se viene abajo.
A ver cómo sigue. Más o menos todos conocemos a alguien que ha pasado por esto, por eso me interesa mucho.
Un saludo.
Buenos dias
ResponderEliminarQue tristeza, entre la cancion y el tema la verdad es q toca la fibra sensible, no puedes evitar qn se escape alguna lagrima.
Esto parece la enfermedad de moda siempre se conoce a alguien o tienes un faliliar con lo mismo. Es una putada. Espero q termine bien
Saludos
Joder!
ResponderEliminarEsperaré los dos siguientes capítulos...con vagas esperanzas de sonreir.
Magnífico post.
Salu2
Da la casualidad de que actualmente hay una persona muy cercana a mí que está pasando esta enfermedad; en su caso no es mortal -salvo metástasis- pero estuve presente en el momento en el que el médico nos dijo lo que había y sí, es una sensación parecida a la que tú describes.
ResponderEliminarEs una lotería como otra cualquiera.
Si Igor, en este tema no puedes utilizar el humor, es una loteria desde una forma inversa, que nos golpea sin piedad.
ResponderEliminarJulia, tristemente la enfermedad de moda. Si nos hablaran claro, poca gente estaria cerca de un televisor o un telefono movil.
No fumar, pero os vamos a meter humo de los tubos de escape hasta las orejas.
Besos
Toni, no esperes sonrisas, no las hay.
Saludos.
Esa sensación de enterarte de la enfermedad, Pas, hace daño solo imaginandolo. Espero que esa persona supere ese trance.
Saludos.
Lo siento, no me causa placer alguno leer sobre estos temas. Escribir es frivolizar, por mucho sentimiento que uno le ponga.
ResponderEliminarPrefiero no leerlo.
ResponderEliminarMe trae terribles recuerdos familiares.
Lo siento.
No lo he superado.
Saludos.
Toro,respeto las opiniones y sentimientos al respecto, es un tema delicado pero es la propia vida la que escribe.
ResponderEliminarSaludos.
Por supuesto Aina que escribir no es frivolizar, puedes escribir sobre el amor y sobre el dolor ¿por qué no?.
Salu2 y bienvenida (quedan dos capítulos)