Antes de nada tengo que decir que yo soy más de motos que de fútbol. Lo
digo porque cuando el obispo de San Sebastián dijo que el demonio le había
metido un gol al feminismo, me quedé perplejo. No me importaba que dijese
explícitamente que las mujeres iban abortando a diestro y siniestro, ni que
estuvieran haciendo a todas horas la tijera esas pervertidas, lo que me
importaba era que el demonio estuviera localizable.
¡Jugando al fútbol contra tías! Bueno,
da igual. El asunto que me lleva a escribir
este mensaje epistolar es que hace tiempo que quiero vender mi alma al diablo.
Sí, como suena, a cambio de una cita con Cate Blanchett. Tengo que decir que mi
alma está en perfectísimo estado, no bebe ni fuma; no sé muy bien donde está ahora,
como siempre está levitando de aquí para allá............ pero está bien.
Para contactar con el demonio, he utilizado la
ouija, la magia negra, el vudú, pero nada, siempre me da comunicando, y como me
han dicho que a veces el diablo está por aquí, en las redes, quiero hacer un
llamado (esta palabra la aprendí cuando estuve en Colombia, en la provincia de
Fariña) al diablo, para que negociemos, en el lugar y la hora que me diga, y al
mismo tiempo, quiero dar las gracias al ilustrísimo obispo de San Sebastián por
darme la pista del paradero de Belcebú y corroborar lo que ya suponía, que está
entre nosotros.
Aprovecho también para advertir al
excelentísimo obispo de rumores que corren por los mentideros, apuntando que el
diablo recientemente ha hecho una gira por las iglesias y los colegios
religiosos del país, metiendo goles, por si señoría desconoce este dato.
Hacía siglos que no oía ésta canción.
ResponderEliminarLo del obispo es tan absurdo, rancio y ridículo que no me extraña te calientes.
El que se ha calentado ha sido él, yo solo le he mandado una carta para informarle de la ubicación del diablo.
ResponderEliminarMe alegra verte por aquí, Socio. Para ir contracorriente, como siempre, voy a ver si retomo el blog otra vez.
Un abrazo.