11 de junio de 2011

Diego y yo


        Mi perro se llama Diego, tiene cinco años y es un labrador blanco con tonos dorados. Es uno de esos amigos en los que puedes contar aunque haya tormenta. Sé que le dedico poco tiempo, pero no puedo sacar más jugo a las veinticuatro horas.
Cuando nos separamos, Virginia me dijo :  "¿Qué hacemos con Diego?"  "Si no te importa me lo quedo yo",  le contesté después de un silencio tenso, y ahora prácticamente lo compartimos al cincuenta por cien. Cuando se lo llevo, Diego mueve el rabo como si en él tuviera un motor eléctrico. Si yo tuviera ese tipo de rabo también lo movería así al verla.

        La principal característica de mi perro es su manera de comunicarse: Diego habla. Su único interlocutor soy yo, no habla con nadie más. Hablamos de tú a tú, compartiendo puntos de vista y también tenemos algún que otro desencuentro, sobre todo cuando empieza a filosofar como si fuera el mismísimo Schopenhauer.
Mientras paseamos hacia el parque, Diego otea el horizonte en busca de colegas cuatropatas y si son hembras, mucho mejor. Yo critico abiertamente su carácter impulsivo pero él se justifica argumentando que es antinatural esconder nuestros sentimientos. Este perro cree que ha descubierto los principios de la filosofía moderna.

        - Diego, no armes ningún escándalo. Trata a las perras con respeto, todo no es sexo, ¿es que no piensas en otra cosa? - le pregunté con ironía.
        - Yo no, pero tu tampoco -  me devolvió la guasa.
        - Hay una diferencia muy importante entre tú y yo, tú ves a una perra e intentas montarla sin ningún ritual preliminar, sin conocerla siquiera. Yo primero intento conocerla, quedar con ella para tomar unas copas, al cabo de unos días la invito a cenar en casa y una vez allí, que sea lo que dios quiera. - sonreí intuyendo haberle dejado sin argumentos, pero me equivoqué.
        - Si el objetivo es acostarte con ella, ¿para qué perder tanto tiempo?, no seas hipócrita Steppen, ves al grano, si lo consigues y vale la pena, el paso siguiente sería conocerla. ¿Por qué dicen amor si quieren decir sexo?
        - No me convences, yo no puedo actuar como un animal - a Diego parece que  no le hizo gracia que utilizara la palabra animal de manera peyorativa.
        - ¿Animal? Te recuerdo que vosotros sois primos de los simios a pesar de vuestra apariencia culta y civilizada, no olvides que sois monos con pantalones - contestó Diego con aire burlón.
        - Yo no te he insultado Diego, tengamos la fiesta en paz.
        - ¿Insulto?, Estás últimamente muy susceptible, la teoría de la evolución de las especies es aceptada por todos los científicos del mundo. No es un insulto, es una constatación señor humano. Ojalá pudieras demostrar tus instintos en lugar de utilizar el 10%  de ese cerebro envidiado por todo el universo, seguro que a los tres nos iría mejor, ¿no crees?
        Noté como mi cara hervía por la ira, este perro cree que yo tengo la culpa y la solución del problema. Intenté aparentar que había encajado el golpe sin problemas y contraataqué:
         -  Diego, el parque esta lleno de perras en celo, y tu te vas a quedar con las ganas, aunque siempre puedes utilizar la sublimación para apagar ese fuego: la meditación trascendental. No te lo tomes como algo personal, solo es una medida correctora para que te inicies en el camino de la conciencia y te puedas comportar adecuadamente en el ámbito sentimental. Todo es por tu bien  -  mentí descaradamente.
        - La dictadura es una lacra inextinguible -  afirmó Diego mientras buscaba a Miss Perra San Juan en el parque. Él me conoce muy bien y sabe que mis ataques de cólera oculta no duran más de treinta segundos.

        Esa noche Diego soñó que vivía libre, rodeado de perras, en un mundo salvaje sin coches ni asfalto. Yo soñé que estaba con la dueña de un perro blanco con tonos dorados.


                                                            

22 comentarios:

  1. Hoy nos has regalado un poquito de ti, lo has tintado de ironía pero aún así aplaudo tu valentía. Esperemos que la aludida se dé por enterada.

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado.
    Y si lo lee la persona indicada, seguro que tu móvil sonará...

    Salu2

    ResponderEliminar
  3. Pero...¿no es de esa chica de la que te has separado?

    ResponderEliminar
  4. Que guapo es tu perro,y valla como habla y tu con el, yo tambien hablo con mi perrita pero ella no me contesta.

    Es una entrada muy bonita y tierna.

    PD. Deberias llamarla y contarle que todavia la quieres. Creo que la estas echando mucho de menos.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Aina, si tú me aplaudes, yo te contestaré como si estuviera en el teatro, con mi agradecimiento.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Toni, me alegra verte por aquí. No, seguro que no me llamará, en el mundo en el que ella vive no hay teléfonos.
    Un saludo.



    Socióloga, si quieres que hable de mi vida privada, tendrá que ser en telecinco y con 50.000 euros por delante. Todo el mundo tiene un precio y ese es el mío. (IVA no incluído).

    ResponderEliminar
  7. Julia, efectivamente, el protagonista es el perro. Cuanto tenemos que aprender de ellos(No todo eh).
    No echo de menos a Virginia, sino a su recuerdo, y los recuerdos no existen.

    Un abrazo desde el meridiano de Greenwich.

    ResponderEliminar
  8. Hoy me has despeinado, has sabido abrir tu pecho pero a al distancia suficiente como para que no te salpique demasiado...
    me ha encantado, ojalá que entre tus lectores se encuentre alguno de esos que son solo recuerdos y sepan pillar la pedrada!!!
    un abrazo para tí y un huesecito para Diego!!!

    ResponderEliminar
  9. Tu "perro" es más sabio que muchos.

    ResponderEliminar
  10. Tiene cara de buena persona, don Diego. Bueno, todos los perros la tienen, pero esta raza en particular luce un aura noble encantadora. Y aún encima es filósofo, el tío...

    ResponderEliminar
  11. Yo como le tengo un miedo cerval a los perros (animales en general), utilizo para autopsicoanalizarme un personaje imaginario, un yo alternativo (que a veces se pasa por mi blog) muy borde que me dice lo que no quiero oír...

    Los recuerdos son parte de nostros, nos hacen, nos siguen haciendo... creo que no me explico, pero yo me entiendo.

    :-)

    ResponderEliminar
  12. Ismael, si mandas el hueso que sea a portes pagados, o manda el jamón entero y yo le doy el hueso al perro, eso sí sería quedar como un señor.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  13. Kalina, mi perro es sabio y sofisticado, que no te quepa la menor duda, para que te hagas una idea cuando ladra dice guashhhhsss.
    Pero no te fíes, ante la comida y las perras es de lo más mundano, casi como nosotros.

    ResponderEliminar
  14. Rick, esta raza y los Golden son muy especiales pero te digo lo mismo que a Kalina, cuando va al futbol, de su boca salen serpientes.
    Un saludo ex paseante-Rick.

    ResponderEliminar
  15. Merce, creo que te explicas muy bien. Hay que ser un poco masoca para sacar lo más desagradable y duro que hay por ahí dentro(lo digo por mí), pero creo que es la única manera de seguir.

    Ah, son mucho más peligrosas las personas que se comportan como perros, los perros auténticos lo dan todo a cambio de nada, bueno, de comida y un poco de cariño.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  16. no conocía a este tal Yashiki, suena interesante, vamos a escarbar un poco más ♫♪
    por cierto, muy linda tu mascota
    abrazo ☼)

    ResponderEliminar
  17. tu perro es una monada o simiada, pero este alter ego que te ha salido tiene su peligro

    ResponderEliminar
  18. Noni, es un placer compartir la pasión por la música, esa que te deja colgado de una canción y no puedes dejar de oirla.
    Un saludo.




    Pon, ¿Peligro?, ninguno, lo conozco bien. A veces somos un poco quijotes y arremetemos contra el primer molino que vemos.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  19. Ayyy, ¡Qué vida más perra!, diría alguno. Perdón por el chiste. Pero es que me lo has puesto a huevo.
    Espero que encuentres a otra persona para compartir perro. Un saludo.

    ResponderEliminar
  20. Emilio, ya comparto perro desde hace tiempo, y como diría Calderón, la vida es sueño, ¿O era chiquito de la calzada? . Saludos.

    ResponderEliminar
  21. Diego te recordará siempre a Virginia. ...un placer masoquista.

    quién ladraba? el perro blanco con tonos dorados o su dueña... hay que estar muy atento a las señales.

    un abrazo.

    ResponderEliminar
  22. Senses, está claro que ladraba la dueña y hablaba el perro.
    A veces tenemos dependencias insanas pero una relación rota abre la puerta a una nueva relación, excitante y sin "esposas".
    Un saludo Senses.

    ResponderEliminar

Steppenwolf