15 de enero de 2014

Sustancias tóxicas


       Entre chute y chute podía hacer vida normal, hasta que la heroína le pasó factura. Los picos perdieron su magia y solo eran útiles para aliviar el mono. Hipólito estuvo veinte días debatiéndose entre la vida y la muerte en la UVI del Hospital de la Paz después de meterse un pico de heroína cortada con estricnina, y esa etapa de reflexión obligatoria le sirvió para desengancharse. Cuando le dieron el alta y como un acto automático de compensación, aumento su consumo de alcohol, de anfetaminas y de cocaína, embarcándose en un viaje enloquecido de viernes a domingo. El valium apenas le permitía dormir unas horas hasta aparecer en su trabajo con ojeras de vampiro y una palidez que Michael Jackson ya hubiera querido para él. Su mujer lo convenció para que ingresara en un centro de desintoxicación para politoxicómanos y consiguió curarse de sus adicciones en menos de un año, pero él ya no era el mismo ni su mujer tampoco, y un buen día ella se marchó. Había dejado una nota pegada al frigorífico que decía: “me voy de casa, esto no funciona”, pero él no podía entenderlo, el frigorífico enfriaba de puta madre. Poco después se dio cuenta de que se había quedado solo.

             

        Ante tanta adversidad, Poli intentó rehacer su vida apoyándose en una dieta vegetariana y en el deporte. Cada mañana corría durante dos horas, le daba igual que nevara, que fuera domingo o lunes, la salud era su nueva obsesión. Corría y pensaba en la cantidad de venenos que había ingerido cuando era adicto a la heroína, mientras respiraba a pleno pulmón el monóxido de carbono que vomitaba el tubo de escape del autobús de la linea 7. Se sentía orgulloso por haber derrotado a la cocaína, mientras le caía una fina lluvia ácida sobre la cabeza. Recordaba los dos años largos que llevaba sin probar ni una gota de alcohol, mientras reponía fuerzas comiendo una manzana con la piel llena de pesticidas. Cuando cruzó el río de aguas turbias que había junto a la central térmica, se encontró con una serpiente que presentaba mutaciones extrañas en su ADN, tenía dos cabezas y en lugar de cascabel usaba pandereta. Unos metros antes de llegar a su casa, cayó desplomado victima de un paro cardíaco. El forense que realizó la autopsia, declaró que su muerte fue debida a la ingesta de sustancias tóxicas de procedencia indeterminada.  


8 comentarios:

  1. "Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis", la frase la descubrí hace unos días y es de un tal Paracelso. Muy curiosa la canción, que no conocía, así de entrada pensaba que era cosita de Raimundo Amador, ya ves que tóxico flipe...

    Saludos.-

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    1. Es cierto, la dosis es la clave, y por eso creo que la contaminación nos va a liquidar, ojalá me equivoque.
      Tabletom es un grupo alucinante que toca desde flamenco a jazz, pasando por el reggae, pero no los conocen ni en su casa cuando van a comer.

      Un saludo

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  2. La nota del frigo me parece un choque muy gracioso en un texto que expone temas muy serios.
    Este mundo está lleno de peligros: venenos legales, violencia atroz... Es un milagro llegar a anciano. Y cómo llegamos que esa es otra!
    Magnífica entrada.
    Un abrazo.

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    1. Me parece increíble que los más importantes jefes de estado no se pongan de acuerdo para rectificar la política ecológica de tierra quemada que hemos llevado hasta ahora, seguramente será porque los mercados mandan, los del money. En fin, es todo un despropósito que ya estamos pagando.

      Un abrazo

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  3. Ummm musicon justo echa para leer tu entrada y pensar muy bien lo que estas leyendo, cosa sería amigo porque encima de lo que tenemos nos faltaba la polución, yo me pregunto como estaré a los 85 que tiene mi madre y eso que no hago excesos.

    Preciosa tu entrada

    :-) bstos

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    1. El blues es tan triste que te conmueve sin necesidad de leer nada, solo con oír esa voz rota aflamencada y ese mensaje tan irónico sobre el cambio climático.
      He leído que no cometes excesos, seguro? Sabes que ahora es necesario que presentes un certificado redactado por un notario............. Oye, que es una broma, se que hasta el agua te la bebes a traguitos.

      Un abrazo

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  4. ya es bien triste que el etiquetado final solo se sustente en dosis, miaja más o menos de sustancia.
    Al Hipólito igual se le diera resucitar.

    y el blues como tal: una pasada !

    Un abrazo

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  5. El blues es ese primo que tiene el flamenco en la otra orilla.

    Un abrazo

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Steppenwolf