16 de julio de 2011

La filosofía de las matemáticas



         Soy el numero 6, un numero natural, par, entero y racional, aunque algunos se empeñan en asegurar que soy la semilla del diablo. No tienen ninguna base para decir ese dislate, pero ya sabemos como son las supersticiones y las creencias en el más acá. Mi primo, el numero 666, carga con la vitola de ser la reencarnación del diablo. Me consta que es muy buen chaval, puede que con un look un poco gótico, pero cada uno puede ir como le dé la gana, no faltaría más.
 Los números solo tenemos un dios, se llama Uno, dicen que andaba por el agua y la convertía en vino, en fin, que tenía poderes como Superman. Aunque mi intención no es mostrar una irreverencia iconoclasta contra el dios Uno, solo mantengo la teoría de que la religión es un instrumento de manipulación, como cualquier otro.

         Los números trascendentes son buenos amigos míos, filósofos que siempre miran por encima de la lógica, se elevan y vuelan hasta el espacio. Las malas lenguas dicen que estos números se toman algo, pero yo se que no es así, les gusta vestirse de poetas numéricos buscando la belleza en las palabras. Otra familia peculiar es la de los números infinitos, arguyen que su inmortalidad implicaría ineludiblemente la eternidad de la vida. Según sus teorías, estaríamos subidos en un bucle sin fin, dando vueltas a una circunferencia perfecta y pasando una y otra vez por los mismos caminos. Desde luego es una perspectiva siniestra, si alguna vez se demuestra, prefiero ignorarla.

         Desde hace algunos años, los números más viejos presionan al gobierno para conseguir la legalización de la eutanasia numeral, están hartos de vivir y la adrenalina apenas aparece por su sangre. Estarían dispuestos a reencarnarse en otros seres, aunque fueran tan sórdidos como los homínidos. La idea de la rencarnación enlaza con la teoría de los números trascendentes que sugieren la posibilidad de que puedan coexistir realidades paralelas, como la vida microscópica que hay dentro de un arbol, esos cuatro o cinco niveles de vida no tienen comunicación entre ellos, ignoran la existencia de los demás a pesar de haber una concurrencia tan intensa a su alrededor como la del festival de Woodstock.
Los viejos están algo confundidos con tanta conjetura existencial, ellos lo que realmente quieren conocer es la muerte, la imaginan como un gran lago negro, plácido y majestuoso, rodeado de silencio. Debe ser maravilloso vivir allí..... una temporada.

        Los imaginarios son los números con los que más me identifico, siempre subidos en la utopía y en los sueños. Son capaces de crear mundos de la nada, de tender vínculos de amistad con las hojas de otoño que descienden lentamente desde los árboles, pueden bailar con la luna en las noches de verano y siempre consiguen nuevas razones para seguir viviendo.  

      
                                                                  

13 comentarios:

  1. Muy ocurrente.
    Pero hay gente "pa tós", ¿que me dices de los seguidores del "oxo"?, son una secta.

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  2. Oxo?, no los conozco. Lo de las sectas?, a mi me da igual, con los mormones me lo paso de puta madre, acaban huyendo de mí porque no aceptan que modifique su comprensión sobre la vida. Tom Cruise si que ha acertado con la cienciología, marketing puro y duro.

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  3. Vaya, ha dotado usted de vida a los números. Aunque no sé si estarán muy contentos por ello: al final llevan una vida como la nuestra, con dioses, clases sociales y la misma inquietud ante la muerte.
    Como es lógico, los mejores son los imaginarios, claro.

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  4. Rick, yo también pensaba que los números eran más pragmáticos, más tecnócratas, pero ya ves, son exactamente igual que nosotros, vaya chasco. ¿Se habrá desajustado algo por el calentamiento global?

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  5. yo creo que soy un número primo.
    raro, pero con cierto sentido para uno mismo al menos...

    un abrazo.

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  6. Un número primo no puede ser dividido por ningún otro excepto por el mismo, interesante.
    Senses, por unanimidad se te adjudica el numero 17.
    Saludos.

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  7. Extraño texto y realmente muy complejo, como los números y su dios. Antes pensaba que los números eran una religión. Me gusta el look, gótico del 666. y a pesar de tanta "materia" no sé si podría ser una poeta numérica. Un beso Amigo

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  8. Claudia, la vida, por dentro esta compuesta de números, todo lo que nos rodea son números, y nuestro dios si existiera, se llamaría Uno.
    Saludos.

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  10. Vaya, cómo no había visto yo este post; con lo que me gustan, fascinan diría yo, los números.

    Ahora estoy leyendo un libro sobre el conocido como número áureo (φ), indagando un poco más en él y sus cosas.

    Si veo que se lo tiene muy creído y está demasiado pagado de sí mismo, pasaré por aquí a decírtelo. :-)

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  11. Merce, (X+Y+S)/2)x((T+I+2B)/4))+(V/2)-1. Eso es todo lo que pienso, sé que es duro, pero es como la vida misma.

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  12. No sabría decirte... yo es que de fútbol no entiendo!!! :-)

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