3 de enero de 2011

Las Noticias



       Macarrones gratinados cubiertos con queso parmesano. Poco a poco voy saliendo del pozo y ahora me atrevo a cocinar y a invitar a mis amigos, o lo que queda de esas amistades, sepultadas parcialmente por esta vida sin sentido que nos desorienta hasta el punto de impedirnos ver lo que realmente sucede a nuestro alrededor y nos convierte en alienados profundos.

       He invitado a comer a Miguel, a Pilar, su mujer, y a su hija Maite de ocho años, candidata al Premio Nobel de la curiosidad.  Miguel me confirmaba con la boca llena, la fecha de la segunda huelga general de la época Zapatero, los sindicatos realizarán un comunicado oficial a las dos de la tarde. 

        La sintonía del telediario se oye de fondo y Miguel sube el volumen del televisor, esperando noticias de la huelga general pero el telediario empieza con un terremoto en Angola, cuerpos inertes y desmembrados son rescatados de los escombros mientras los llantos histéricos de los familiares supervivientes suenan como estridentes trompetas. Miguel habla de la situación de los trabajadores autónomos sin apenas prestar atención a las imágenes, pero Maite interrumpe la conversación preguntando: “¿papá, ese hombre está muerto?” Señalando con la mano un seguro cadáver desenterrado de la catástrofe. Su padre ignora la pregunta mientras rellena la copa de vino. Incomodo, sonrio a Maite y le digo “No lo sabemos Maite, seguramente irá al hospital y allí le curarán”. Pilar nerviosa interviene:  “ No molestes cuando hablan los mayores”.

       En la pantalla aparece una señora gritando y llamando hijo de puta al asesino de su hijo en la entrada de unos juzgados de Sevilla, “ Mama, ha dicho hijo de p...”, dice Maite tapándose la boca al final de la frase, “Cállate ya, niña”, le reprocha su madre.

       Aparece con todo tipo de detalles una nueva noticia, la explosión de un coche bomba en un mercado de Bagdad. Miguel sigue hablando de economía y de culpables sin hacer caso de las imágenes del televisor, niños sangrando, mujeres gritando en estado de shock, mutilados mirando con ojos ausentes sobre un charco de sangre, y Maite por supuesto vuelve a preguntar “¿Por qué han tirado una bomba papi?”, Miguel sigue con su monólogo sin hacerle caso. Apunto con el mando a distancia y cambio a Disney Channel, pero Miguel me mira incrédulo y me dice:  “¿qué haces?, está a punto de salir el comunicado de los sindicatos, de esta no sale vivo el gobierno”.

      La guapa presentadora anuncia mirándonos directamente a los ojos la siguiente noticia: “Por la importancia de este documento, vamos a emitir la muerte de un atracador saliendo de un banco de Santa Pola abatido por miembros de la policía; les advertimos que estas imágenes pueden herir su sensibilidad”. Mi sensibilidad ya está bajo mínimos, al nivel de la sensibilidad de una almeja. Este tipo de noticias, provocará la caída en picado de la cotización de películas gore. Maite mira sin parpadear el espectáculo, pero ahora en silencio.

       La presentadora prosigue sonriente con otra noticia, “Se aprueba la ley de control televisivo en horario infantil”. Mientras expulsa una gran bocanada de humo, Pilar dice “Joder, si a las seis de la tarde, en esos programas telebasura que yo nunca veo no paran de insultarse, que si puta, mamón, chorizo”,  “hay que proteger a los niños de esta panda de maricones, cojones”, añadió Miguel.
Desconcertado, encuentro la mirada de la pequeña Maite, con los ojos abiertos como platos, tan alucinados como los míos e intuyendo que algo extraño e invisible nos está ocurriendo.
                                                             

                                        

18 comentarios:

  1. Madre mía,
    tus amigos están realmente mal de la cabeza y la pena es que como ellos hay tantos...debemos empezar por nosotros mismos con el ejemplo y cambiar el sentido de las prioridades...
    me he quedado descolocada porque tengo ganas de atizarle a alguien una buena colleja.
    Pobre cría...lo que le espera.
    Ainsss

    ResponderEliminar
  2. Hola Steppenwolf. Pues no, no hemos nacido para ser libres. ¿O sí?
    Mucha información=mucha porquería=desinformación.
    Magnífico post. Me interesa sumamente el tema, al fin y al cabo estudié Periodismo.
    Los telediarios de algunas cadenas son pornográficos. A esa candidata del Nobel de la curiosidad habría que protegerla.
    Tus amigos son la mayoría, que sí, como yo. Inmunicados a casi todo, atolondrados.

    Muy divertido el paralelismo entre tu colapso postnavideño y la niña y la tele.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. En mi casa hace años que no se ve la TV por esto mismo. Estoy cansada de poner las noticias y solamente ver sucesos, además, hay muchas formas de contar las cosas.
    Ya no nos sobrecoge el asesinato, sea por los motivos que sean, y lo más triste de todo es que se ve como algo normal pero perteneciente a la televisión, como si a ti que estás a gusto en tu sofá no te pudiera pasar.
    Pobre Maite, lo que le queda por descubrir.

    Un saludo para ti también

    ResponderEliminar
  4. Si es que no se debe ver la tele mientras se come.... :)

    PD. Me gusta la canción. Mucho

    ResponderEliminar
  5. Increíble entrada, es un muy buen análisis de una situación que se dá a diario en miles, por no decir millones de hogares de este país, los telediarios hace ya tiempo que entraron en la guerra de las cuotas de pantalla, que si el 15%, que si el 15,2% y al final no sirven para lo que se crearon, no son un noticiero de información general, son la trastienda de una carnicería, son las tomas falsas de una peli gore, en fin, algo más en lo que pensar cuando me tocan los crios en casa.
    salu2 y como siempre GENIAL entrada

    ResponderEliminar
  6. PURY:
    De tus palabras solo puedo recordar ese sabio refrán español:
    A dios rogando y con el mazo dando.

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  8. Es muy frecuente esto que cuentas: tenemos la bilis tan alterada que ya no somos nosotros mismos. Al lado de todo esto, qué más da lo que digan los sindicatos.

    ResponderEliminar
  9. Exacto.
    A Dios rogando y con el mazo dando.

    En fin...

    Saludos.

    ResponderEliminar
  10. Es lo que hay.
    Una sociedad que prefiere mirar el dedo...y no lo que señala.
    Comparto tus lloros, y me congratulo que todavía queden reductos de aire fresco como este blog.

    Salu2

    ResponderEliminar
  11. Larendija, bienvenida. Pienso como tú, no hay que ver la tele comiendo, pero es posible que mucha gente le haya encontrado utilidades varias como: remedio para el insomnio, para la soledad e incluso podría funcionar contra el estreñimiento. ;)

    La música, es de la banda sonora de la película Cándida y es de David Broza, un cantante israelí, poco conocido aquí.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  12. Ismael, creo que has puesto el dedo en la llaga: las audiencias. Las televisiones son capaces de vender a sus madres (y a sus suegras por supuesto), por un punto se Share. Si con la exposición de carnicerias sube la audiencia, es porque nosotros también colaboramos en esa subida.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  13. Paseante:
    Si nos ponen una guerra nuclear en directo, mientras comemos, yo te digo que nuestras pulsaciones no aumentan.

    Toro:
    Como tú mismo has dicho, en fín....

    ResponderEliminar
  14. En mi infancia no se veían esas noticias, también era por Franco que nos ponía lo que a el le daba la gana, no se pero tampoco nos enterábamos de nada.
    Dicen que los niños de ahora son violentos, carecen de afecto, que no tienen valores.
    Lo que esta claro es que la culpa noes de ellos. La falta de los padres, la TV, Internet,
    Videojuegos de guerra no les falta mas que le pongamos la película de tesis y…
    Desde luego que Maite es una niña cualquiera de hoy.

    PD. Es una pena

    Un beso

    ResponderEliminar
  15. Tony, creo que si miramos al dedo, es porque hay algo en él que nos gusta,(alguien dijo que no estaba muy limpio).
    No compartas mis lloros porque yo realmente me río..... por no llorar.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  16. Si Julia, en tu argumento está la clave, no compartimos nuestro tiempo con los hijos y quizá tampoco el cariño que debiéramos. ¿Falta de tiempo o egoísmo?.

    Lo triste del asunto es que todas nuestras hijas, se llaman Maite.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  17. Durante mucho tiempo no poníamos las noticias de la televisión en casa. Era un modo de "proteger" a los niños. Ahora, cuando ya tiene la mayor 9 años, sí las ponemos. Pero las vemos junto a ella. El hermano todavía no repara demasiado, aunque escucha lo que decimos. Les explicamos que a veces la gente muere, y no siempre es "de un modo natural". Hemos decidido que no puede vivir en una burbuja, de espaldas a la realidad. Cuando hay algo "demasiado" fuerte, lo quitamos... no es necesario acercarse tanto a la realidad. Creo que en esto, comoo en todo, en el término medio está la virtud: ni ver un informativo sangriento solos, ni hacerlos vivir eternamente en el mundo irreal de PlayHouse Disney...

    Respecto a algunos canales, a determinadas horas... esos si está "restringidos" en casa. Demasiada basura para grandes y pequeños por la audiencia...

    Comiendo cogimos la costumbre de no poner tele... ahora hemos picado otra vez, de una temporada para acá.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  18. Landahlauts, creo que nosotros hacemos lo que podemos, los peligros vienen por tantos frentes que es imposibles pararlos.
    No abogo por mantener a los niños en una burbuja, pero hay imagenes en televisión que para nosotros los adultos, son infumables, y que no se te ocurra comer espaguettis con tomate viendo las noticias si tienes un estómago delicado.

    Un saludo y bienvenido.

    ResponderEliminar

Steppenwolf